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Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
RESUMEN
El presente artículo se enfoca en la
jurisprudencia de la Corte Constitucional
del Ecuador sobre los derechos de la
naturaleza, desarrollada desde 2019 hasta
2022. Se parte del entendimiento de que los
estándares emitidos en el periodo analizado
surgieron a través de una sinergia entre los
movimientos sociales ecologistas, indígenas
y animalistas, y varios jueces de la Corte
Constitucional que estaban familiarizados
con estos temas tanto desde la academia
como desde el activismo social. Con base
en lo anterior, se analizan las militancias
que participaron mediante la fgura del
amicus curiae
para comprender esta sinergia
y el contexto deliberativo de las decisiones
constitucionales. Como resultado, se
describe cómo los diferentes movimientos
sociales participaron a través de la acción
colectiva, aprovechando un contexto
favorable que facilitó este encuentro con los
magistrados en el desarrollo de los derechos
constitucionales.
MÁS ALLÁ DE LA JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL:
LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y LA SINERGIA POR LOS
DERECHOS DE LA NATURALEZA
ABSTRACT
The present article focuses on the
jurisprudence of the Constitutional Court
of Ecuador regarding the rights of nature,
developed from 2019 to 2022. It begins with
the understanding that the standards issued
during the analyzed period arose through
a synergy between ecologist, indigenous,
animal rights social movements, and
several judges of the Constitutional Court
who were familiar with these issues from
both academia and social activism. On this
basis, the article analyzes the advocacies
that participated through the amicus curiae
fgure to comprehend this synergy and
the deliberative context of constitutional
decisions. As a result, it describes how
various social movements participated
through collective action, taking advantage
of a favorable context that facilitated
this encounter with the justices in the
development of constitutional rights.
RECIBIDO:
11/10/2023
ACEPTADO:
26/12/2023
DOI:
10.26807/rfj.vi14.486
PALABRAS CLAVE:
Derechos de la naturaleza,
amicus curiae
, movimientos
sociales, deliberación democrática, decisiones judiciales.
KEY WORDS:
Nature rights,
amicus curiae
, social movements, democratic
deliberation, judicial decisions.
JEL CODE:
N460, N56
Adriana Rodríguez
Universidad Andina Simón Bolívar
Felipe Castro
Pontifcia Universidad Católica del Ecuador
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Más allá de la jurisprudencia constitucional
INTRODUCCIÓN
1
La jurisprudencia sobre los derechos de la naturaleza en Ecuador
ha experimentado su desarrollo desde 2019, coincidiendo con una nueva
composición de la Corte Constitucional. Este fenómeno no es fortuito;
más bien, se debe a una sinergia entre los movimientos sociales ecologistas,
indígenas y animalistas, y varios jueces de la Corte Constitucional que ya
estaban familiarizados con estos temas tanto desde la academia como desde
el activismo social. Además, los movimientos sociales exhiben una militancia
donde la autonomía, tanto individual como colectiva, es una característica
fundamental que les permite distanciarse del formalismo organizativo de
la izquierda tradicional. La metodología empleada en esta investigación se
fundamenta en la Sociología Jurídica, la cual cuestiona el enfoque positivista
que considera a las normas como un fn en sí mismas, distanciándose así del
formalismo jurídico. El objetivo es explorar formas integrales de comprensión
del derecho a través del análisis de las transformaciones sociales. Como
método, se ha optado por el estudio de casos múltiples.
Este trabajo también aborda el análisis de las militancias desde su
expresión activa en la jurisprudencia, examinando tanto la participación en
procesos judiciales (a través de la fgura del
amicus curiae
) como a través de
entrevistas a profundidad a cuatro estudiantes de la maestría en Derechos de
la Naturaleza y Justicia Intercultural de la UASB
2
, así como a dos estudiantes
del Curso Avanzado de Peritajes Comunitarios Interculturales en Derechos
Humanos y de la Naturaleza, promovido por el Programa Andino de Derechos
Humanos
3
de la UASB. Con el fn de comprender la dinámica de esta sinergia,
se llevaron a cabo entrevistas a dos exjueces de la Corte Constitucional que
desempeñaron roles destacados en varios fallos de dicha Corte. A través de esta
investigación, se demuestra que el activismo de la militancia puede establecer
conexiones con un escenario deliberativo, que puede ser considerado como
un activismo dialógico por parte de la Corte Constitucional.
1
Este texto es parte de un proyecto de investigación “Los derechos de la naturaleza en la
jurisprudencia de la Corte Constitucional ecuatoriana: aportes desde las historias de vida
de estudiantes de posgrado” (2020-2022), fnanciado por el Fondo de Investigaciones de la
Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador.
2
Esta maestría abrió su convocatoria en el año 2020 en la Universidad Andina Simón Bolívar,
sede Ecuador, gracias a un proyecto internacional con siete universidades sociales bajo el
fnanciamiento de Erasmus-UE. El proyecto fue conocido como Proyecto OPTIN.
3
El curso avanzado se realizó en conjunto con Acción Ecológica gracias a un proyecto
internacional fnanciado por la UE.
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1. Movimientos sociales ecologistas
Desde la década del setenta, se iniciaron los estudios sobre los
movimientos sociales en la región latinoamericana. Estos pueden ser
orgánico-conscientes, estructurados de forma programática, u orgánico-
espontáneos, destacando demandas inmediatas u otras formas de resistencia
o desobediencia social (Contreras y
Vásquez, 2006, p.
xx). John Rawls, al
teorizar sobre la desobediencia civil asociada a los movimientos juveniles de
los años sesenta y setenta, los identifca como: “una acción dictada por la
conciencia, pero de carácter político [...] Dirigida y justifcada por principios
políticos; esto es, por los principios de la justicia” (citado en Scheuerman,
2019, p. 81).
Para el liberalismo clásico, esta desobediencia debería estar
exclusivamente relacionada con exigencias de derechos civiles y políticos,
porque los derechos de carácter económico, social y cultural trastocan las
desigualdades estructurales. De esta forma, la justicia puede amparar estos
actos de desobediencia como el último recurso que tienen los movimientos.
Se trata así de apelar por una justicia distributiva que vele por las demandas
públicas y no afecte la ‘amistad cívica’. Los límites de esta teoría se ponen
de manifesto en sociedades donde las estructuras de desigualdad tienen
una base histórica y cultural, y donde los colectivos luchan por ‘otras’
formas de justicia. Para Antonio Wolkmer, se trata de “un pluralismo en el
ámbito jurídico de tenor comunitario-participativo ‘desde abajo’, que pone
en discusión las cuestiones principales como ‘fuentes’, ‘fundamentos’ y el
‘objeto’ del Derecho” (Wolkmer, 2018, p. 205). Respecto a este pluralismo,
el autor afrma:
Además, se hace imperativo que el pluralismo como referencial alternativo
de lo político y de lo jurídico esté necesariamente comprometido
con la actuación de múltiples identidades sociales (legitimidad de los
actores), con la satisfacción de las necesidades humanas (“fundamentos
materiales”) y con el proceso político democrático de descentralización,
participación y control comunitario (estrategias). Se agrega aun la
inserción del pluralismo jurídico con ciertos “fundamentos formales”
como la materialización de una “
ética concreta de la alteridad
” y la
construcción de procesos relativos a una “racionalidad emancipadora”,
ambas capaces de traducir la diversidad y la diferencia de las formas
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Más allá de la jurisprudencia constitucional
de vida cotidianas, la identidad y la autonomía de
las colectividades
subalternas, fuentes de otra legitimación. (Wolkmer, 2018, p. 205)
En este marco, la teoría de los nuevos movimientos sociales, que centra
su atención en la construcción de las identidades (Tanaka, 1995, p. 4), y la
teoría de la ‘acción colectiva’ (Tarrow, 1997, p. 9), explicando la composición
de las acciones contenciosas y las oportunidades políticas para la acción
colectiva, son las más cercanas al estudio de los movimientos sociales en
América Latina. Precisamente, estas formas organizativas cuestionan la
inacción de los estados de derecho a partir de ‘solidaridades’ compartidas.
En tal sentido, podemos defnir a los movimientos sociales, tal como lo
señala Sidney Tarrow, como aquellos colectivos que apuestan por “desafíos
colectivos planteados por personas que comparten objetivos comunes y
solidaridades en una interacción mantenida con las élites, los oponentes
y las autoridades. Esta defnición tiene cuatro propiedades empíricas:
desafío colectivo, objetivos comunes, solidaridad e interacción mantenida”
(Tarrow, 1997, p. 21).
El desarrollo de los derechos de la naturaleza en Ecuador se atribuye
a diversos factores, incluyendo un capital social relacional (Bourdieu, 1980,
pp. 2-3), que abarca instituciones públicas, así como un ‘desafío colectivo’
marcado por una acción y sinergia colectiva derivada de historias compartidas
entre las organizaciones de la sociedad civil, que incluyen a los movimientos
sociales y la academia. Cuando nos referimos al capital social propuesto por
Pierre Bourdieu (1980), hacemos alusión a los recursos vinculados con una
red duradera de relaciones, más o menos institucionales, de reconocimiento
e interreconocimiento, que están unidas por vínculos permanentes. El capital
social de cada militante dependerá de la red de relaciones que haya podido
construir y movilizar a lo largo de su vida. Por otro lado, el desafío colectivo se
relaciona con los objetivos comunes que se construyen a partir de las acciones
colectivas de la sociedad civil. Finalmente, la sinergia colectiva, en este caso,
se generó en un momento determinado para impulsar una jurisprudencia de
protección de los derechos de la naturaleza.
Dentro del capital social los componentes y elementos que lo conforman
resultarían inútiles si no existiera un catalizador que permita una
interacción efectiva entre cada uno de los individuos que componen
una red social dada; y es justamente en este punto donde la sinergia
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Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
(entre cada una de las partes y el todo) cobra especial importancia, ya
que esta crea un efecto amplifcador de todas y cada una de las acciones
realizadas por los involucrados [...] La sinergia, vista desde el punto de
vista ya expuesto, no es más que una extensión de la conducta colectiva
en donde se reconoce el rol del ambiente institucional, donde se ven
envueltos los individuos y/o grupos sociales.
(Álvarez, 2015, p. 14)
El auge de los movimientos sociales en Ecuador se dio en un contexto
complejo: primero, el cambio productivo en el país con la explotación
del petróleo a fnales de la década del sesenta con la empresa petrolera
estadounidense Texaco, generando una dependencia económica que hasta
el día de hoy prevalece. Segundo, el retorno de la democracia en el país
tras dictaduras e inestabilidad política y jurídica. Una nueva Constitución
marcó la transición en 1979, la cual tenía algunos aportes novedosos como
el reconocimiento de las lenguas indígenas. Las continuas crisis que se han
dado a partir de entonces permitieron también una concentración de las
fuerzas populares en diversas organizaciones sociales como el ecologismo. A
decir de Verdesoto:
Las modifcaciones económicas y sociales que se incubaron en la
década de los sesenta, se aceleraron en la siguiente con la exportación
petrolera. En los años ochenta, la crisis redimensiona el sentido de los
cambios, ya que impulsa a intentos reconstitutivos de la forma de la
acumulación y de la penetración estatal en la sociedad. La exportación
de petróleo ecuatoriano no pesa en el mercado mundial. No obstante,
la circulación interna de esta renta generó una dependencia umbilical
con la acumulación. (Verdesoto, 1986, pp. 19-20)
El movimiento ecologista en Ecuador tuvo en sus orígenes un
fundamento liberal. Surgió casi paralelamente al movimiento indígena a
fnales de los setenta con Fundación Natura en 1976 y contó con el respaldo
de una tendencia política de centroderecha, conocida como Democracia
Popular. Uno de sus fundadores fue Roque Sevilla, exalcalde del Distrito
Metropolitano de Quito, quien fue parte del Fondo Mundial de la
Naturaleza. Mientras el movimiento ecologista popular surgió en la década
de los ochenta, con una agenda que permitía una alianza con los sectores
históricamente discriminados como los pueblos indígenas y las comunidades
afrodescendientes. Indiscutiblemente, esto permitió una fortaleza en el
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Más allá de la jurisprudencia constitucional
campo social frente a las continuas crisis políticas y económicas que había
tenido el país. Según Sara Latorre (2015), en esta década se dio el auge de
esta tendencia con la creación del Movimiento Ecologista Ecuatoriano, el
Partido Verde y la Coordinadora Ecuatoriana de organizaciones para la
Defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente (CEDENMA).
Este movimiento, en un inicio, se constituyó con el objetivo de abrir
un espacio de discusión participativo que sirviera para coordinar propuestas
relacionadas con la problemática ambiental. Como lo expone Latorre (2015),
en él convergieron diferentes sectores sociales como trabajadores, indígenas,
campesinos y colegios profesionales, que a principios de los noventa se
convirtieron en una coordinadora de algunas ONG. De igual manera,
surgieron otros mecanismos de coordinación como redes ambientalistas y
campañas internacionales, entre las que se destacan la campaña Amazonía
por la Vida y en la Costa, Salvemos el Manglar (Latorre, 2015). Tal como
señala Esperanza Martínez, este ecologismo nació desde la izquierda:
Como nosotros éramos de izquierda, empezamos a vincularnos, o sea
a trabajar en defensa de la naturaleza con sindicatos, dolor de cabeza
total, pero lo hicimos, también con campesinos. Trabajamos mucho
con campesinos y con indígenas. Entonces la idea era trabajar tanto
los temas de naturaleza como los sectores sociales y ahí nació la idea
de la ecología popular. Existía la Fundación Natura que era bien
instrumental, de la clase alta. Bueno, todavía está ahí esa diferencia.
Entonces empezamos a trabajar en campañas. Yo toda la vida he
trabajado en petróleo desde que tengo uso de razón. En Texaco. Yo
empecé a trabajar con el Yasuní [...] formamos la campaña Amazonía
por la Vida con otras organizaciones más locales. Realmente nuestras
primeras acciones directas empezaron con León Febres Cordero. Muy
al estilo de llevar velitas ahí en la plaza grande. Y entonces decidimos
en el camino ser una organización que promueva la acción directa, la
no violencia activa. Esos principios de alguna manera fueron creciendo
en nosotros y nos defnimos como ecologistas (E. Martínez, entrevista
personal, noviembre 25, 2022).
Este nuevo contexto promovió un desplazamiento de los sectores
productivos y del movimiento obrero. Por otro lado, fue la base que dio
paso a una nueva militancia. Según Maristella Svampa (2010), la izquierda
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militante en América Latina experimentó un cambio sustancial desde la
década de los noventa, con el surgimiento de una militancia relacionada
con los derechos territoriales y los confictos socioambientales (p. 1). Este
cambio se manifestó a partir de la crisis del modelo, que cuestionó conceptos
como la verticalidad (con directivos generalmente ocupados por hombres)
y el pragmatismo, entre otros. Esperanza Martínez (entrevista personal,
noviembre 25, 2022) destaca estos cambios, resaltando la vinculación de
las acciones del movimiento ecologista popular con visiones o acciones de
izquierda. En este sentido, la izquierda se entiende como la lucha contra el
capitalismo transnacional y extractivista, así como su conexión con sectores
sociales excluidos.
La ‘acción colectiva’, a partir de fnales de los ochenta, se fue forjando en
una coordinación entre el movimiento ecologista y el movimiento indígena,
con algunos momentos históricos que tuvieron como eje articulador la
protección del Parque Nacional Yasuní en la Amazonía ecuatoriana. Las
estrategias de los movimientos sociales estaban dirigidas a la acción directa y
a la resistencia en un contexto poco prometedor para el auge de los derechos
de la naturaleza. Esto cambió con la nueva Constitución de 2008 y la
incorporación de los derechos de la naturaleza en la misma. Las personas
militantes entonces se reorientaron hacia nuevos escenarios de participación
política, y hubo un reposicionamiento generacional de ruptura. La categoría
“Ethos militante” sirve para distanciarse de conceptos más biologicistas como
el de ‘generaciones’ y es más cercana al de identidades colectivas, también
próxima al concepto de
habitus
de Bourdieu (1980). De forma sintética,
Carlos Walter Porto Gonçalves lo defnirá “como el conjunto de valores que
conforman la identidad” (citado en Longa, 2016, p. 50). Sin embargo, la
identidad es más compleja y necesita de otros elementos constitutivos como
las ideologías, los objetivos políticos e incluso socio-jurídicos.
El ethos militante por los derechos de la naturaleza
Svampa (2010) señala que el ethos militante de izquierda en América
Latina tuvo un giro con el surgimiento de una militancia mucho más cercana
a la cotidianidad o los confictos socioambientales y se distanció del modelo de
militante de la izquierda clásica (Longa, 2016, p. 54). El contexto neoliberal
junto a la crisis del campo socialista en Europa del Este con la caída del muro
114
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de Berlín impulsó, en 1989, a la militancia de izquierda a otros escenarios
como el movimiento indígena (Rodríguez Caguana, 2017), la academia y las
organizaciones ecologistas, entre otros. El ethos militante que cuestionaba
las relaciones con el capitalismo seguía vigente, pero ya no podía seguir igual
Esta nueva narrativa ha ido confgurando un ethos común que afrma
como imperativo la desburocratización y democratización de las
organizaciones y se alimenta, por ende, de una gran desconfanza
respecto de las estructuras partidarias y sindicales, así como de toda
instancia articulatoria superior. En términos generales, la autonomía
aparece no solo como un eje organizativo, sino también como un
planteo estratégico, que remite a la “autodeterminación” (en el sentido
de Castoriadis, “dotarse de su propia ley”). (Svampa, 2010, p. 9)
El movimiento ecologista en Ecuador, desde sus orígenes, ha sido el que
más se ha mantenido activo, tanto en el acompañamiento organizacional
y comunitario de los confictos socioambientales, como en los posteriores
procesos judiciales de distinta índole y en distintos niveles. La militancia
por los derechos de la naturaleza en Ecuador se encuentra en distintos
escenarios, como el movimiento ecologista popular, el movimiento indígena
y el movimiento animalista, que se dividen en ‘ethos’ que serán analizados a
continuación a través de sus relatos de vida.
2. Militancia “ethos” indígena
La militancia indígena comparte su origen con la izquierda ecuatoriana.
De hecho, la primera organización nacional indígena, la Federación
Ecuatoriana de Indios (FEI), nace en el seno del Partido Comunista en
la década del treinta con Dolores Cacuango. Sin embargo, a partir de la
década del setenta, con el auge de la explotación del petróleo en Ecuador y la
autonomía del movimiento indígena, la lucha se centró en la reivindicación
cultural en sus territorios. Estos son entendidos como el espacio geográfco
donde persiste y resiste el pueblo con relaciones ontológicas distintas con
su entorno. Esta reivindicación por sus territorios fue la base para la
construcción de los derechos de la
pachamama.
La militancia en la actualidad,
especialmente en la Amazonía, tiene este antecedente como memoria
colectiva. Así lo señala Justino Piguave:
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Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
En realidad, creo que estar vinculado con el tema social y el tema cultural
tiene raíces en el pasado de mi abuelo, que era un gran líder social. Mi
papá fue el primer profesor; digamos que se graduó de bachiller en
temas de educación bilingüe. Entonces, vengo de una familia quizás
mucho más vinculada y preocupada por temas sociales y de la cultura.
Sobre todo, mi abuela fue una gran relatora de la tradición oral; ella
era una buena historiadora. Entonces, yo aprendí una gran parte
de esas luchas, sobre todo de resistencia. Mi abuelo tuvo que resistir
frente a los confictos bélicos entre Ecuador y Perú en los años cuarenta
porque, cuando fraccionaron el estado, digamos el territorio, el centro
del territorio de la nacionalidad, mi abuelo trató de reunifcar. Entró
dos meses por la selva sin brújula ni nada, con los conocimientos del
jaguar que tenía él, y entonces llegó nuevamente a reunifcar. Desde ahí
nace mi convicción. Luego, cuando apenas tenía 18 años, el tema de
los desastres ambientales me vinculó ahí con el tema del caso Chevron,
por ejemplo. Yo fui la primera persona menor de edad que frmó en
contra de Chevron. Entonces, todo eso me vincula, me hace mucho
más, digamos, creer en la lucha social, creer también que las diferencias
culturales tienen que ser respetadas, y que la cosmovisión de la naturaleza
también tiene que ser entendida por otros actores que solamente están
pensando que el extractivismo va a acabar con la naturaleza y todo (J.
Piguave, entrevista personal, octubre 30, 2022).
En el relato de Justino se evidencia la memoria como una herramienta
vital para la reapropiación de la identidad a partir de la construcción y la
redefnición de su espacio vital, como lo es el territorio. Para Justino Piguave,
líder indígena de la Amazonía y presidente de la nacionalidad Secoya-
Siecopa, su historia familiar está vinculada con procesos organizativos, ya
que es hijo del primer profesor de su comunidad y nieto de un dirigente
importante que reunifcó a las comunidades que sufrieron el conficto bélico
entre Ecuador y Perú en los años cuarenta. Su trayectoria está relacionada
con la defensa de los territorios de las comunidades indígenas afectadas por
la contaminación de Texaco-Chevron, lo cual lo llevó a estar vinculado con
la Alianza Ceibo, organización conformada por personas de los pueblos A’i
Cofán, Siona, Siekopai y Waorani. Esto le llevó a participar como
amicus
curiae
dentro del caso de la comunidad A’I Cofán de Sinangoe (Sentencia
No. 273-19-JP/22).
116
Más allá de la jurisprudencia constitucional
La memoria oral constituye un recurso para profundizar los mecanismos
mnemotécnicos que permitan su transmisión. Hay mecanismos como el
relato de la historia familiar comunitaria, narrada a través de cuentos en
la comunidad. Tal como lo señala Ruth Moya (1992), los mitos son los que
permiten el uso funcional de la memoria donde converge la participación
política, la iglesia tercermundista, la izquierda cristiana, y demás actores.
El relato mítico sirve, incluso en la actualidad, de sustento para las luchas
modernas territoriales. De la misma forma, Svampa señala sobre el “despertar
político” de los pueblos indígenas a través de la memoria.
En este sentido, el nuevo despertar político de los pueblos indígenas se
instala tanto en el terreno de la memoria larga, como en el de la memoria
corta de las luchas: en efecto, la relegitimación de la matriz comunitaria
ha tenido como telón de fondo el avance de la globalización neoliberal,
expresado en la actualidad a través de la expansión de las fronteras
del capital hacia los territorios antes considerados como improductivos.
(Svampa, 2010, p. 11)
Este tipo de memoria no está construida como recuerdo objetivo
(científco) del pasado, sino como una dinámica constante que explica el
presente y el futuro identitario. Justino habla de su lucha contra Texaco no
como una herencia, sino como consecuencia de su propia vida. Este choque
con el pasado nos recuerda la dinámica social planteada por Walter Benjamin
y sus tesis sobre la historia, la cual es estudiada por Sergio Thischler, quien
señala lo siguiente:
En cierta medida, se podría decir que las luchas de estos sujetos son contra
el proceso de abstracción real y simbólica que, en la ruta del progreso y
la racionalización, los coloca en la situación de desaparecer como sujetos
colectivos y ser transformados en hechos, en tiempo muerto, congelado.
Hay una lucha entonces por retener el tiempo en su forma viva, para
que este no se vaya de las manos y se transforme en la negación de
esa forma como cosa independizada. Pero son conscientes de que eso
presupone el enfrentamiento con la forma temporal dominante, que es
la forma cosifcada del tiempo de la sociedad capitalista que enfrentan,
cuya representación es el reloj. (Tischler, 2010, p. 45)
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La relación con el tiempo de la militancia es la misma que se demuestra
con la naturaleza: una negación de la abstracción capitalista. Podría sonar
a idealización, ya que la militancia tiene obsesión por el reloj, las citas,
las reuniones y los compromisos; cosifcando y poniendo al servicio de
la mercancía en detrimento de los sujetos y las cosas concretas. De esta
forma, al hablar de derechos de la naturaleza, no nos referimos a un medio
ambiente abstracto, sino a una naturaleza viva. Este dinamismo hace que
internamente en el movimiento indígena surjan otras propuestas más
democráticas de militancia. Por ejemplo, el surgimiento de un movimiento
de mujeres amazónicas, que tienen una agenda propia de defensa de sus
territorios con enfoque feminista. Aunque esta orientación es reciente, desde
el año 2017 las mujeres en el Puyo se suman a las marchas por el 8 de marzo,
lo que demuestra que el ethos militante indígena se encuentra en constante
cambio, contrayendo nuevas realidades a partir de la memoria.
3. Militancia: ethos ecologismo popular
La militancia que surge del ecologismo popular tiene sus orígenes en
la izquierda tradicional. Posee una especie de memoria corta que ha tenido
varias aproximaciones e interrelaciones con otros sectores sociales, como las
organizaciones indígenas, la militancia de izquierda, la academia y las ONG.
Así lo señala Esperanza Martínez al detallar su vinculación como militante
ecologista:
Yo desde que tengo uso de razón, soy militante. Desde que tengo 15
años he participado en los primeros de mayo, pero de izquierda. Muy
en esa línea que decía Galeano, que el corazón está en la izquierda,
la inteligencia también. Y empecé con temas más ambientales, más
de naturaleza desde que me metí a biología. Nosotros formamos hace
mucho, 40 años, una cosa que se llamaba sociedad de defensa de la
naturaleza, que después derivó en Acción Ecológica. (E. Martínez,
entrevista personal, noviembre 25, 2022)
Esperanza Martínez es la militante ecologista más conocida en el país
por su participación en varios temas, hitos, de la lucha ecologista, con una
amplia trayectoria vinculada a la defensa de territorios frente a la explotación
petrolera y minera. Es bióloga y abogada, así como una de las fundadoras
de la organización Acción Ecológica. Ha participado en varios casos
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Más allá de la jurisprudencia constitucional
presentados en la Corte Constitucional, y como
amicus curiae
en el caso Los
Cedros (Sentencia No. 1149-19-JP/21), además de su organización Acción
Ecológica como accionante en el caso de los Manglares (Sentencia No. 22-
18-IN/21). En su militancia organizativa, señala lo siguiente:
Nosotros empezamos siendo una especie de alianza entre CEDENMA
y un gru po de comunicación que eran ellos todos los hombres, nosotros
éramos mujeres. Nos salíamos y decidimos hacer Acción Ecológica que
empezó siendo un centro documental de información sobre ambiente.
Pero el primer año ya empezamos a hacer más en temas de activismo.
Entonces empezamos a desarrollar nuestras ideas como de trabajar en
temas ambientales, sobre todo aprendiendo. Creo que tuvimos algunos
momentos de revelación o inspiraciones mágicas desde principio y
algunas de estas fueron que decidimos que nosotros tenemos un chiste
aquí, y es que lo pusieron toda la vida. Nosotros hablamos del derecho
humano a tener una campaña, a que cada gente tenga una causa.
Entonces, nosotros decidimos que cada uno de los que estábamos se
haga cargo de un tema. O sea, era nosotros vamos a aprender esto.
Entonces la Glorita hacía temas de minería, entonces eso implicaba que
ella leía, estudiaba, buscaba lo que pasaba y aprendimos muy rápido.
Yo era del tema petrolero, el tema minero, trabajamos plantaciones. Nos
fuimos dividiendo temas para descubrir que alcanzamos con esos temas
y esta estructura que es muy originaria de Acción Ecológica se mantuvo
y la hemos tratado de mantener. En una organización, en una ONG,
normalmente uno termina adoptando unas formas de organización
más parecida a un ministerio que a un proceso social. Entonces hay el
encargado de procesos legales, el encargado de procesos de formación y
nosotros invertimos eso. Entonces dijimos este que va a trabajar y seguir
todo lo minero y haces todo. Entonces aprendimos y logramos que la
gente, digamos, cada uno aprendió mucho, asumió una representación
propia y logramos unas estrategias bien diferentes porque como seres
humanos somos gente distinta. Algunos se hicieron un poco más
académicos, pero trabajando su tema. Otros se hicieron más populares,
pero trabajamos super bien. Otros más políticos, pero trabajar en su
tema. Entonces por ejemplo la Elizabeth ella era biodiversidad y ella es
bien científca, pero ella es la encargada de transgénicos y le dio ese sello
al trabajo. La Glorita era bien basista. Ella daba todo por la base. Yo creo
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Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
que siempre he sido una persona más política, yo siempre articulando.
Yo empecé a hacer muchas campañas. Entonces yo lo primero que hice
fue crear Amazonía por la Vida para que no sea una persona, sino una
alianza de gente que trabaja el tema petrolero y así cada uno. De alguna
manera eso se mantuvo. (E. Martínez, entrevista personal, noviembre
25, 2022)
La autodeterminación de la subjetividad política es una de las
características del nuevo ethos militante que se aleja de la idea clásica de
partido uniforme. Aunque Esperanza tiene una militancia originaria en
la izquierda, desarrolla otro camino más ligado a su propia experiencia y
ejercicio de libertad. Acción Ecológica, en su historia, ha tenido una directiva
de mujeres, lo que se debe a que fueron las mujeres las primeras en desertar de
la izquierda masculinizada y patriarcal. Aunque, como señala Esperanza, “no
nos autodefnimos como feministas, pero tampoco lo excluimos” (noviembre
25, 2022), esto es parte de la dinámica heterogénea de la organización.
De igual manera, otra militante ecologista y cultural es Cinthia
Andrade. Su trabajo se ha volcado a la alfabetización, los barrios populares
y la cosmovisión indígena. Ha realizado investigaciones sobre la historia de
Guápulo y la cosmovisión andina, lo que la llevó a colaborar con el Comité
Error Vial Guayasamín del Barrio Bolaños. Ella participó como
amicus curiae
en el caso Río Monjas (Sentencia No. 2167-21-EP/22).
Mira, soy licenciada en Ciencias de la Educación. Tengo una
especialización de posgrado en la Autónoma de Madrid en sociedad,
cultura y desarrollo en América Latina. También tengo otro en
la Complutense. ¿Qué te puedo decir? Egresé de un doctorado en
investigación educativa. Eso más o menos, de ahí me vinculé, siempre
estaba vinculada, un poco a problemáticas sociales. Soy maestra, he
estado vinculada un poco a cosas, alfabetización a cosas así, en barrios
populares y con temas indígenas. Pero últimamente me he vinculado
a lo que llamamos el Comité vial Guayasamin, que se opone al
proyecto de la solución vial Guayasamin, en el cual se vería eliminado
el barrio Bolaños que es una comuna ancestral. Empecé a investigar
todo lo que es esta comuna ancestral, he hecho varias investigaciones
al respecto de lo que es Guápulo porque ellos son parte de la comuna.
Desde hace más de 20 años estoy metida en temas andinos, entonces
120
Más allá de la jurisprudencia constitucional
se juntaron ambas cosas. Estas investigaciones sobre temas andinos y
un poco de investigación sobre la historia de Guápulo y sobre todo que
hay alrededor de esto y de la comuna de Bolaños Pamba. Esa fue mi
vinculación más o menos con Acción Ecológica que nos ayuda en varios
temas de lo del error vial y ahí fue que entré a este curso de los peritos
de la Universidad. Como he estado vinculada a estos temas andinos y
todo, entonces un poco conversamos de si podía presentar un
amicus
curiae
sobre la visión andina del agua y lo que signifcaban los ríos y todo
esto, este en este problema del río Monjas, en esta sentencia la corte
constitucional. Entonces ahí fue que presté este
amicus
con este tema
de qué signifcaba todo el asunto este del agua para Quito, de los ríos,
de la simbología, de los mitos que tienen asociados a esto y de lo que
signifcan todas estas cosas ancestralmente para nosotros, como andinos
y como quiteños en específco (C. Andrade, entrevista personal, enero
23, 2023).
Esta militancia es autónoma y no está sujeta a ninguna organización, lo
cual también es evidente en el ethos militante ecologista. Andrade podría ser
denominada una intelectual comprometida con las causas ecológicas, y presta
sus servicios a diversas organizaciones. Incluso ha participado en procesos
judiciales en defensa de los derechos de la naturaleza a través de
amicus.
Finalmente, el ecologismo militante está preparando nuevos líderes entre
sus flas, como Gustavo Redín, abogado y presidente de CEDENMA. Su
trabajo profesional ha estado vinculado con el litigio en causas ambientales.
Intervino directamente como
amicus curiae
en el caso de la comunidad
A’I Cofán de Sinangoe (Sentencia No. 273-19-JP/22), mientras que su
organización CEDENMA participó como
amicus curiae
en el caso de Los
Cedros (Sentencia No. 1149-19-JP/21) y como accionante en el caso de los
Manglares (Sentencia No. 22-18-IN/21). Gustavo expresa la importancia de
la trayectoria de su organización para la continuidad de su trabajo como
militante profesional.
En función de la trayectoria, desde lo personal, yo toda la vida he
estado en el activismo y siempre he estado relacionado a los casos, revisando,
planteando propuestas y apoyando desde la visión de los derechos colectivos,
derechos de la naturaleza y derechos humanos. Después, yo fui a estudiar
una maestría en Madrid de derechos humanos [Gobernanza y Derechos
121
Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
Humanos]. Estuve un buen tiempo viviendo en Madrid. De regreso al
Ecuador y cuando regresé me vinculé ya directamente con CEDENMA.
Primero, trabajando como abogado del CEDENMA y después terminé ya
en la presidencia. Realmente dentro de estos procesos en la Corte para m
í
s
í
es un antes y un después desde que entré a trabajar directamente con
CEDENMA porque institucionalmente se ve que tiene toda esta historia de
una organización de más de 35 años. Existimos desde antes del Ministerio
de Ambiente. Entonces eso sí te da una institucionalidad que a mí lo que me
generó para la participación en los procesos en los cuales yo ya he estado
involucrado como abogado del CEDENMA y te da una fortaleza porque
tenemos todos los archivos.
En todas las participaciones que hemos tenido
entonces ya no entras desde cero, por ejemplo, ya revisamos cuáles han sido
nuestras posturas en el caso tal, entonces de ahí es más fácil ir armando
las siguientes posturas. Obviamente todo caso hay que prepararlo siempre
pero ya no vas desde una idea de cero en la cual tienes que montarte todo
un argumento, una postura, sino ya tienes toda una historia en la cual te
sostiene el argumento. Entonces lo único que vas haciendo, entre comillas,
es construyendo y desarrollando ese argumento que ya está formado. (G.
Redín, entrevista personal, noviembre 7, 2022).
La experiencia organizativa ocupa un lugar fundamental en la formación
del militante. Los derechos de la naturaleza irrumpieron en el positivismo
jurídico de tal forma que ni la formación en derecho en las universidades,
tanto públicas como privadas, ha logrado incorporar integralmente este
enfoque de los derechos de la naturaleza en su propuesta curricular. En este
caso, las organizaciones han intentado llenar este vacío formativo mediante
la capacitación de sus propios militantes-trabajadores.
4. Militancia ethos animalista
Por otro lado, nos encontramos con una militancia de memoria corta
que se nutre de experiencias de autonomía, como es el caso del movimiento
animalista, con un surgimiento más contemporáneo y una aproximación más
distante a la izquierda. Según Tatiana Rivadeneira, una militante animalista,
la trayectoria de este movimiento se puede describir de la siguiente manera
cuando ya empezó de verdad a crecer el movimiento fue con la lucha
taurina que es una lucha que no ha terminado. No solo taurina
122
Más allá de la jurisprudencia constitucional
sino también la lucha contra la pelea de gallos. Pero como esto dio
resonancia y después también con la consulta popular eso se disparó.
Empezó a crecer de sobremanera el movimiento. Ahora esta relación
con otras organizaciones ecologistas como bien lo mencionas, yo
te diría que no es que estamos aislados del todo. El tema es que yo
creo, la verdad siento y estoy segura, de que no se entiende bien este
tema de los animales. O sea, es una cosa que inclusive yo misma, en el
trabajo en estar ahí, realmente en el activismo me he dado cuenta de
que es mucho más específco hablar, inclusive, si se quiere de una sola
especie. [...] En realidad, esto es una diversidad demasiado grande y
que además diría que esto es un poco como la dinámica.
Al movimiento
no le gusta defnirse políticamente y me gusta que no les guste. También
hay muchos temas interesantes que han pasado. Como, por ejemplo,
nos unimos mucho también en activismos de colectivo feminista, nos
unimos muchísimo. Pero esto también es una naturaleza porque, no
sé por qué, pero a nivel mundial las organizaciones animalistas están
compuestas en su mayoría por mujeres. Entonces somos las mujeres las
que en verdad están, o sea hay mucha más participación femenina acá.
[...] Pero sin lugar a duda de todos mis compañeros o de la maravillosa
gente con la que yo me encuentro aquí en la lucha animalista es gente
que entiende vulnerabilidades. Es gente que además pone su trabajo y
más para animales. Porque por último en otras causas al fnal del día se
hace una vaca, se recoge dinero. Aquí como vamos a ver a los animales,
aquí yo por lo menos hago causas de ellos eso es eso, es de corazón y esas
cosas así. Sin lugar a duda yo diría que es gente que entiende claramente
el tema de izquierda y entiendo que es gente que tiene esa tendencia,
pero no les gusta defnirse. Nunca van a escuchar que digan o por lo
menos con los que estamos en este momento o estas discusiones. Porque
yo inclusive les he propuesto que seamos un movimiento político. Que
ya trabajemos para poner candidatos y cuestiones así. Les he explicado
mis razones, o sea vamos a tener otro tipo de incidencia, vamos a llegar
a cargos de autoridades y todo y no quieren. Por ejemplo, en temas
de épocas de campaña, como ahora, nos buscan mucho porque saben
que movemos gente y no les aceptan. Además, no quieren estar como
metidos ahí. No es mi parecer, pero diría como el sentir general es este.
(T, Rivadeneira, entrevista personal, febrero 1, 2023).
123
Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
La militancia animalista tiene una apertura ideológica que se expresa a
través del entendimiento de las vulnerabilidades que existen en los animales.
Por supuesto, esta característica es más democrática, pero seguramente con
mayores difcultades organizativas y/o de toma de decisiones. Al respecto,
Svampa señala: “respecto de la nueva narrativa autonomista, más bien
instalada en el marco de la ‘memoria corta’, los elementos centrales que
confguran su matriz son la afrmación de la autonomía, la horizontalidad y
la democracia por consenso” (Svampa, 2019, p. 19). Este tipo de militancia
es una suma de experiencias individuales que van a construir identidades
aproximadas en torno a objetivos comunes. Una narrativa que resalta el
accionar individual de su militancia o compromiso. Esto además ha permitido
redoblar las estrategias de defensa a los animales. Según señala Rivadeneira:
Yo tengo que confesarles que he tenido como un acercamiento con los
derechos de la naturaleza, porque justo cuando me gradué de abogada
salió el tema de la Constitución y empezó todo esto. Lo más novedoso
en ese momento era el tema de haberles entregado derechos de la
naturaleza. Entonces yo tengo que decirles que fui en ese momento
bastante novelera porque claro, yo estaba recién graduada de abogada y
en toda la carrera siempre estaba buscando como una materia en la que
me gustaría quedarme y especializarme. Siempre estuve clara en qu
é
me gusta y de hecho de esto trabajo y de esto vivo todo lo que es el área
constitucional, pero en el área constitucional me agradó muchísimo este
tema de los derechos de la naturaleza. Entonces tengo que admitir que
desde ahí empecé con una preparación e interés personal a involucrarme
en otros colectivos, más bien ecológicos, y en algunas otras causas. Una
de las causas que sí puedo decir que me movió muchísimo y de la que
aún soy parte, es del colectivo Ecuador Libre de Transgénicos. Esta
situación de los transgénicos a mí me llevó a analizar cuestiones de
alimentación, a analizar cuestiones sobre la industria de la carne, el
tema del veganismo y, a su vez, terminé en cuestiones animalistas. Y ahí
empecé ya en el activismo hablando como persona activista animalista,
primero inicié en el colectivo Animal Libre. Este es un colectivo que
realmente su base fundamental es el veganismo. Ya estaba haciendo
un ejercicio, pero dentro de este colectivo yo veía que no hacíamos este
trabajo de llevar a la justicia, de llevar casos de animales. Anima Libre
hace un trabajo increíble, pero como no era del todo lo que yo quería.
124
Más allá de la jurisprudencia constitucional
Entonces me fui para el movimiento animalista nacional, que ellos
realmente sí activan muchas causas y bueno hay mucho trabajo en el
movimiento de movilidad nacional y es el movimiento más grande del
Ecuador. Además, ahí ellos albergan no solo activistas, sino también
organizaciones. Formamos parte de más de cuarenta organizaciones
.
En ese mismo lapso también me reclutaron a Victoria Animal. Aquí les
puedo decir que más bien el fuerte de la organización es el patrocinio
de causas animalistas y pues me he quedado y estoy muy feliz. Además,
me encargaron la coordinación de la fundación, de la organización, así
que algún tiempo estoy liderando esta fundación. Con Victoria Animal
fue que presentamos el caso de Estrellita (T, Rivadeneira, entrevista
personal, febrero 1, 2023).
Es interesante observar cómo se destaca el tema de las emociones, un
aspecto que nunca ha sido contemplado en la izquierda política tradicional,
centrada en la ciencia marxista y el “compromiso político por cambiar esas
realidades”. Esta racionalidad distante de las emociones contrasta con el
enfoque de este movimiento. Su conexión con los derechos de la naturaleza
se desarrolla de manera fuida, quizás debido a su distancia con un derecho
muerto (abstracto y textual) y su apuesta por un derecho vivo y concreto.
Hasta este punto, se ha analizado algunos relatos sobre las vivencias
de los militantes ecologistas, indígenas y animalistas que han participado
con demandas o a través de
amicus curiae
en los casos sobre derechos de la
naturaleza llevados ante la Corte Constitucional desde el año 2019 hasta el
2022. A continuación, se analizará cuál ha sido el lugar o el rol de los jueces
en la construcción de un tipo de jurisprudencia que algunos han califcado
como activista. Analizar el alcance del activismo judicial excede a este texto.
5. El rol de los jueces en la construcción de los
derechos de la naturaleza
Ecuador reconoció los derechos de la naturaleza en la constitución
de 2008, en medio de una polémica discusión en torno a los contenidos
de estos derechos. Sin lugar a duda, esto representó un momento histórico
para el movimiento ecologista ecuatoriano. La actual se presenta como una
Constitución aspiracionista (Safon y García-Villegas, 2011, pp.75-107), que
necesita de los movimientos sociales para poder materializarse. Esto explica
125
Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
por qué estos derechos no tuvieron un desarrollo importante en los primeros
años, ya que, para lograr un cambio o transformación radical, era necesario
contar con entornos favorables, como la enseñanza no positivista del derecho
en las carreras de derecho. Otro factor es la existencia de un sistema judicial
positivista ajeno, incluso negador, a los derechos de la naturaleza; incluso
llegó a convertirse en un discurso preservacionista o conservador, enemigo
de los intérpretes garantistas.
Gustavo Redín califca al periodo previo al auge de la jurisprudencia
de los derechos de la naturaleza, que denominaremos como “positivista-
formal”, como un periodo “negro” de la Corte debido a que: “Entonces no
había mucho espacio de discusión adecuado. Hubo un momento en el que
las organizaciones ambientales y organizaciones de derechos de la naturaleza
decidieron no presentar muchos casos en la Corte por miedo a que esta no
reconociera el derecho, entonces hubo un entendimiento de que por ahí no
iba” (G. Redín, entrevista personal, noviembre 7, 2022).
A partir de 2019, la Corte Constitucional experimenta un giro radical
en su trayectoria, vinculado a lo que Bourdieu (1980) entendía como red de
solidaridades en la sociedad civil. En ese año, la nueva composición de la
Corte, con académicos que contaban con una trayectoria de acercamiento
a las demandas de los movimientos sociales, contribuyó a que la estrategia
mantenida cambiara su dirección y se apostara por un nuevo camino dentro
de la máxima institucionalidad jurídica. Un ejemplo lo proporciona Agustín
Grijalva al hablar de la flosofía de trabajo: “Pero siempre la política de
nuestro despacho fue combinar, digamos, solidez técnica con sensibilidad
social. Está este lado humano, pero manteniendo también rigor en la parte
técnica jurídica. Siempre nos movimos con el criterio de que no solo las dos
cosas eran compatibles, sino que debían ser complementarias, para de esa
manera defender, incluso, de forma más sólida los derechos. Esa era nuestra
flosofía” (A. Grijalva, entrevista personal, febrero 2, 2023).
De igual forma, el exjuez Ramiro Ávila señala: “Yo tengo una particular
sensibilidad a la opinión de la sociedad civil expresada a través de gente
que comparece a la corte [...] Yo no podía ser inconsecuente con mi utopía
del oprimido donde el pueblo es fuente del derecho y la praxis institucional
había que mirarla” (R. Ávila, entrevista personal, noviembre 30, 2022). En
126
Más allá de la jurisprudencia constitucional
sus aportes a la teoría del derecho, Ávila estudia sobre la teoría sistémica
del derecho en los derechos de la naturaleza para determinar la radical
ruptura con la teoría tradicional y formal. Ambos juristas coinciden en la
necesidad de una “sensibilidad” específca que no es contraria a la solidez
técnica; todo lo contrario, exige del intérprete una doble tarea: el de conocer
a profundidad el derecho y la teoría, y poseer una sensibilidad especial con
estos derechos paradigmáticos. La sensibilidad no es solo un sentir abstracto,
sino una actividad permanente dialógica.
Grijalva refexiona sobre el auge de estos derechos en la jurisprudencia
de la Corte, que van desde la naturaleza de un órgano colegiado, el diálogo
y el proceso deliberativo entre los jueces y juezas, hasta la independencia de
la Corte frente a otros poderes o actores externos:
Mi experiencia, mi vivencia es que claro, una Corte es un órgano
colegiado, de un número reducido de individuos, en que por tanto
las posiciones ideológicas, políticas, incluso de esos individuos, tienen
un peso importante. Y tiene un precio importante también la manera
como se relacionan, como interacciona. Digamos, creo que Ramiro y yo
objetivamente éramos como los jueces que más interés pusimos en esta
temática. Pero también no se debe dejar de mencionar, por ejemplo,
a Teresa Nuques en la sentencia de Estrellita de los derechos de los
animales. No hay que olvidar a Daniela Salazar en una de las primeras
sentencias sobre los cauces de ríos. Luego el caso este de ponencia de
Karla Andrade sobre la consulta. Entonces creo yo que lo que sucede es
que, sobre todo si hay deliberación, ese es el fenómeno más interesante.
(A. Grijalva, entrevista personal, febrero 2, 2023)
La posición de Grijalva nos recuerda a las ideas de John Hart Ely en su
obra
Democracy and Distrust
(Hart Ely, 1980, p. 135), respecto al papel del juez
para asegurar un proceso deliberativo de las causas con representación de
las minorías. Este autor entiende el enfoque normativo desde la dimensión
procedimental de la democracia a través de la deliberación; los jueces
constitucionales deben revisar tanto los aspectos formales normativos como
los sustantivos para poder desarrollar una jurisprudencia democrática.
Roberto Gargarella cita a Ely para potenciar y radicalizar la relación entre
democracia y derecho, teniendo en cuenta la participación activa de los
“interesados” en una deliberación sin fn.
127
Revista Facultad de Jurisprudencia No.14
Por otro lado, Ávila ha refexionado en torno a la jurisprudencia desde
una dimensión distinta a la deliberativa. Considera que el desarrollo de
esta jurisprudencia se realizó por una apuesta de la Corte Constitucional a
tratar estos temas, dejando a un lado la doctrina tradicional e incorporando
conceptos y defniciones de otras disciplinas. Así lo señala cuando dice: “La
Corte desarrolla, por fn, palabras que no tienen resonancia jurídica desde
la doctrina tradicional, como ciclo natural, función, estructura o proceso
evolutivo. Estas palabras tienen mucho sentido, por ejemplo, para la biología,
la geología o la hidrología” (Ávila, 2022, p. 137). Pero sigue siendo fruto de la
deliberación. En la misma línea, que se acerca más a una teoría de los valores
de estos derechos, Ávila menciona que los jueces y las juezas de la Corte
tuvieron un interés particular en trabajar casos que tengan relación con la
“obsesión teórica” de los jueces. Esto incluso explicaría los motivos por los
cuales la mayor producción jurisprudencial de la Corte en temas de derechos
de la naturaleza se dio el último año de funciones de cambio de la corte, es
decir, entre 2019 y 2022
Para mí es súper importante la urgencia de que cualquiera se va.
Entonces hay una especie de comprensión sobre las obsesiones que
tienen los jueces y juezas que se van. Hay una cosa que me parece que
jugó esta cosa de que todo el mundo quiere dejar su legado y su mejor
esfuerzo y un respeto al pensamiento del juez o jueza distinto. Entonces
yo era obsesionado con derechos de la naturaleza y hay cariño obvio,
no le voy a fregar el plan de vida. Cada uno sacó su obsesión teórica. Y
había digamos esto ya te vas, deja tu huella. Era un pacto implícito (R.
Ávila, entrevista personal, noviembre 30, 2022).
Las emociones también son parte de la deliberación. Por tal motivo, es
imposible que los jueces resuelvan dejando de lado sus propias subjetividades
porque, tal como señala Ignacio de Otto (1998), que se pretenda que los
jueces sean seres completamente apolíticos, sin opiniones públicas pasadas,
es un absurdo, y esto no debería afectar su independencia. La “obsesión
teórica” lleva implícito un objetivo que tampoco elude al diálogo; todo lo
contrario, apuesta por él (Otto Pardo, 1998).
128
Más allá de la jurisprudencia constitucional
CONCLUSIONES
La participación activa de los distintos movimientos sociales, que
apuestan por la transformación del derecho para la protección de los
ecosistemas y la interpretación intercultural, no es nueva. Como se ha
demostrado, es un proceso que se inició en la década de los noventa, marcado
por la construcción de un modelo distinto de militante que se aparta del
autoritarismo clásico de izquierda. Se confgura una participación práctica y
más democrática, que busca cambios y adapta tácticas y estrategias según el
escenario político. La acción colectiva se desenvuelve en medio de alianzas
y contextos cambiantes. A partir de 2019, con el cambio en la composición
de la Corte Constitucional, la apuesta por la estrategia judicial permite una
rearticulación en torno a demandas históricas. Hasta 2022, se observa un
desarrollo jurisprudencial único, principalmente debido a la dinámica de
alianzas bastante estratégicas, entre movimientos y la parte legal.
La Corte Constitucional, por su parte, demuestra haber estado en una
sinergia dialógica con los movimientos sociales, lo que permitió a varios jueces
llevar adelante sus propios compromisos teóricos y técnicos, respaldados por
una “sensibilidad” especial sobre el tema de los derechos de la naturaleza.
Esta sinergia o activismo dialógico posibilitó un encuentro necesario para el
desarrollo de los derechos constitucionales.
129
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Grijalva, A. (2023, febrero 2) Entrevista personal
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Piguave, J. (2022, octubre 30) Entrevista personal.
Redín. G. (2022, noviembre 7) Entrevista personal.
Rivadeneira, T. (2023, febrero 1) Entrevista personal.